13 Feb 2017

Aprendiendo Lenguaje de Señas Nicaragüense

Durante el mes de Febrero del 2017, los colaboradores de la Oficina Regional de ASB en América Latina recibieron clases intensivas de lenguaje de señas nicaragüense.

Historia

El Lenguaje de señas nicaragüense es un idioma que fue creado como producto de la comunidad sorda en su totalidad, elaborando las señas, dibujando las ilustraciones, revisando las distintas variaciones y la gramática, a partir de la comunidad y la cultura de Nicaragua.

Cabe destacar que la comunidad sorda de Nicaragua, es la primera en utilizar el término “idioma” para identificar su lenguaje, identificándose como una forma de comunicarse plena, completa y sin reservas.

El idioma de señas (también conocido como ISN) nace en 1980, al matricularse cientos de estudiantes sordos a un sinnúmero de escuelas públicas. En ese entonces, la filosofía de enseñanza se enfatizaba en el habla y la escritura, por ende los estudiantes sordos no lograban comunicarse con sus profesores y compañeros de manera ideal, ni comprender algunas materias, dado que hasta ese momento los sordos se comunicaban con “señas caseras” en sus hogares, con sus padres y hermanos oyentes.

El idioma se desarrolló, cuando juntos en las escuelas, los estudiantes se comunicaban con señas caseras, empezando a hacerse gestos y poco a poco creando un lenguaje, a partir de señas características de otros sordos. Los niños más pequeños, expuestos al lenguaje creado por sus compañeros, lo utilizaron como insumo para aprender su primer idioma: El lenguaje de señas nicaragüense.

Con el paso de los años se han agregado señas, también se han moldeado y mejorado las primeras que fueron creadas, convirtiéndolo en un idioma coherente, complejo y funcional.

Compromiso por hacer nuestra oficina un lugar inclusivo

El ASB está comprometido con las personas con discapacidad. Somos responsables de crear productos, experiencias y espacios que sean accesibles para todos, por y para las personas con discapacidad. Es por ello, que durante el mes de Febrero, como colaboradores de la Oficina Regional de ASB en América Latina recibimos clases intensivas de lenguaje de señas nicaragüense.

El primer día de clases conocimos a Francisco, nuestro profesor, quien es sordo y a su traductora, Perla, quien es oyente. Al iniciar las lecciones, comprendimos que la dinámica sería que el profesor nos mostraba la manera correcta de realizar una seña y Perla, nos traducía su significado de manera oral. Aprendimos rápidamente el abecedario, siendo lo más complejo de esa lección los gestos que realizábamos con las manos, dado que nuestros dedos no estaban acostumbrados a tanto movimiento.

El siguiente día de clases, nos sorprendimos, ya que Perla la traductora se encontraba realizando otras gestiones, y no asistió a las clases, siendo el primer día el único que la veríamos. Al desarrollarse la clase, fuimos comprendiendo que, sin la traductora, prestábamos mayor atención a los gestos y señas que el profesor nos mostraba. A través de “señas caseras”, el abecedario aprendido, y escritura en la pizarra, fuimos conociendo a Francisco, entablando conversaciones con él y familiarizándonos con la forma de transmitir mensajes por señas y relacionando las palabras con su significado y trasfondo cultural.

Colaboradores del ASB, junto a Francisco. (ASB/ 2017)

Para concluir el último día de clases, almorzamos junto a nuestro profesor, durante la comida, las risas, y las pláticas, caímos en cuenta que la importancia de conocer el idioma de señas nicaragüense, además de conocer otras realidades y hacer nuevas amistades, es poder incluir a todos en una misma conversación.