Más de 300 personas, entre actores clave de la RRD, discapacidad y adultos mayores de estos cuatro países, juntos a miembros de organizaciones de estos dos colectivos asistieron a la presentación de sistematización de experiencias del proyecto.

Con la publicación de la sistematización de proyectos piloto y experiencias significativas del proyecto «Inclusión de Personas con Discapacidad y Personas Mayores en la Gestión de Riesgos de Desastres en Centroamérica» (2016-2019) y su presentación a actores clave se está llegando al final de las actividades de este proyecto regional desarrollado en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, implementado por ASB, FECONORI, CORDES y sus socios en los cuatro países, y financiado por el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) del Gobierno de la República Federal de Alemania.

Más de 300 personas, entre actores clave de la RRD, discapacidad y adultos mayores de estos cuatro países, juntos a miembros de organizaciones de estos dos colectivos asistieron a la presentación de sistematización de experiencias del proyecto, en los días previos al día internacional de la RRD (13 de octubre).

Entre las experiencias a nivel local, nacional y regional podemos citar aquí algunas:

• Albergues temporales inclusivos.
• Casas de día para adultos mayores como espacio para la gestión inclusiva del riesgo.
• Sistema de alerta inclusiva en universidades.
• Compromiso de entes rectores de gestión del riesgo y discapacidad.
• Obra de teatro inclusivo “Radio Tormenta”.
• Política Centroamericana de Gestión Integral del Riesgo (PCGIR) inclusiva.

Fueron los propios protagonistas (representantes de entes rectores, municipalidades, universidades, organizaciones socias, etc.) quienes expusieron a las personas asistentes en viva voz lo que se narra en la sistematización.

Las experiencias de esta sistematización muestran que es posible promover la inclusión de estos grupos en la gestión del riesgo de desastres. También muestran que, con voluntad, a veces acciones sencillas y de bajo costo pueden facilitar que las personas con discapacidad y adultas mayores sean cada vez más partícipes de los diferentes procesos de gestión del riesgo desarrollados en sus países y que los actores de gestión del riesgo puedan seguir aprendiendo cada vez más sobre la inclusión, para ponerla en práctica. La selección de experiencias se llevó a cabo con el criterio, entre otros, de que estas fueran replicables. Esperamos que estas experiencias puedan ser replicadas en el futuro y que pueden dar luz para seguir avanzando hacia una gestión más inclusiva del riesgo, según las orientaciones al respecto del Marco de Sendai y de la Política Centroamericana de Gestión Integral del Riesgo (PCGIR).

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