A pesar que la mayoría de las regiones de Guatemala ha registrado en el 2016 una buena cosecha de granos básicos de primera siembra, un estudio de desnutrición infantil y seguridad alimentaria realizado por ASB Alemania en 6 municipios del Corredor Seco guatemalteco revela una prevalencia preocupante de desnutrición aguda global (3,8% promedio, con un municipio en 9,1%) y el agotamiento de reservas de granos básicos de la mayoría de las familias (68% de las familias tienen reservas por menos de 1 mes), entre varios otros hallazgos alarmantes. Lo anterior, debido a que por cuarto año consecutivo estos municipios registran pérdidas significativas en sus cosechas a causa de una distribución irregular y poca acumulación de lluvias durante los periodos críticos.
El diagnóstico se basó en la metodología de monitoreo y evaluación estandarizada en situaciones de emergencia y transición (SMART). Fue realizado en septiembre de 2016, es decir al final del periodo de hambre estacional, en los municipios de Jocotán, Camotán, Chiquimula, Zacapa, Cabañas y Huité de los departamentos de Zacapa y Chiquimula de Guatemala. Se encuestaron un total de 465 niños/as menores de 5 años y sus familias, muestra representativa de 426 comunidades rurales de 6 municipios rurales con 211.363 habitantes, de los cuales 170.101 son niños/niñas menores de 5 años.
En las zonas evaluadas, la ayuda alimentaria de terceros (Gobierno, Naciones Unidas, ONG nacionales e internacionales) en el 2016 ha sido insuficiente en cobertura geográfica y en periodo de cobertura para hacer frente a las necesidades alimentarias básicas de todas las familias en estado de inseguridad alimentaria. Apenas el 29,2% de las familias evaluadas ha recibido ayuda alimentaria (alimentos o ayuda monetaria).
A partir de los principales hallazgos del presente estudio, y en línea con los pronósticos de FEWSNET, es previsible para el periodo de febrero a mayo de 2017 una crisis alimentaria (CIF, Nivel 3) en las comunidades de los municipios evaluados en el marco de este estudio. Las menores reservas de la cosecha de maíz de primera, sumado a agotamiento de reservas acumulado a lo largo de los últimos años, adelantarán la entrada del periodo del hambre de mayo/junio (año normal) a marzo/abril en el 2017.
El agotamiento de las reservas de granos básicos que se arrastra desde hace 3-4 años a raíz de las sequías consecutivas, no logra ser recuperado por la cosecha aceptable de postrera a fines del 2016 y/o por la mejor disponibilidad de trabajo de temporero/a en la cosecha de café a partir de la menor incidencia de roya que se observa este año.
Para el periodo de Junio a Septiembre 2017, incluso podrían encontrarse determinadas comunidades o zonas en emergencia alimentaria (CIF, Nivel 4).
Especial atención requieren los municipios de Cabañas y Jocotán que evidencian índices de desnutrición aguda global por encima del 5% en septiembre de 2016.
Finalmente es importante mencionar que existen factores subyacentes, evidenciados por: la pobreza en que viven las familias, la alta prevalencia de desnutrición crónica de niños/as menores a 5 años (72,1%) y el fenómeno del hambre estacional que se repite año tras años en mayor o menor medida, con o sin sequía, entre otros, que dejan de manifiesto el problema estructural que enfrentan las familias evaluadas para lograr una seguridad alimentaria sostenida y sostenible, más allá de la coyuntura de la sequía.
La seguridad alimentaria sostenible a largo plazo solo será posible si se enfrentan los factores estructurales de manera multisectorial, en un esfuerzo conjunto entre los actores de los diferentes sectores, público, privado y de la sociedad civil, como se menciona en las recomendaciones del presente estudio.