Laguna de Perlas, el ojo del huracán
En octubre del año pasado, Julia, un huracán de categoría 1 azotó Nicaragua, afectó a más de 8.000 viviendas y más de 200.000 familias se quedaron sin energía ni agua potable. Tras quince horas de destrucción y una alerta roja a nivel nacional, Julia también provocó la caída de cientos de árboles y el desbordamiento de más de 70 ríos en el territorio nicaragüense, siendo más afectada la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, especialmente en El Rama, Bluefields y Laguna de Perlas.
Las personas con discapacidad se encuentran entre los grupos más vulnerables durante una emergencia. La mayoría de las personas con discapacidad habían perdido sus medios para desplazarse (sillas de ruedas, bastones para invidentes, etc.) durante la tormenta. El enfoque de ASB, centrado en las personas y basado en una respuesta humanitaria a las catástrofes, pretende garantizar que nadie se quede atrás. Por ello, ASB destinó 20.000 euros de sus propios fondos en caso de emergencias humanitarias, para proporcionar ayuda directa a las personas con discapacidad más afectadas y en situación de mayor riesgo y a sus familias gravemente afectadas por la tempestad, apoyándoles con ayuda humanitaria de primera necesidad.
90 familias de personas con discapacidad de los municipios de Laguna de Perlas, El Rama y Bluefields que se vieron afectadas por el impacto del huracán Julia el pasado 20 de octubre de 2022, fueron apoyadas por ASB, junto con la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad de Nicaragua (FECONORI) y las autoridades locales, mediante la entrega de ayudas auxiliares, paquetes de alimentos y kits de higiene. Para futuros desastres imprevistos, se impartieron talleres de sensibilización a personas con discapacidad, sus familias y autoridades locales, sobre la importancia de la inclusión en los procesos de preparación, respuesta y recuperación y sobre las condiciones en los albergues.